Nervios. Desesperación. Tristeza. Inquietud..Quizás un poco de esperanza. ¿Llegará? ¿No llegará? ¿Cómo será? ¿Tendrá bigote y maletín? ¿O tendra bolso y tacones?.
Sentada en uno de esos incómodos asientos de la estación de metro, esperando a alguien, o quizás a nadie. Así pasaba la vida. Sin vivir, esperando. Se cansó de no vivir. Se cansó de esperar a ese alguien que no venía. Se levantó y pensó que por qué tendría que ser ella esperando a alguien y no ese alguien esperandole a ella. Estuvo buscando, y buscando, y buscando... Se dió por vencida. Prometió no buscar a nadie más y dedicarse a si misma. Y así lo hizo, se conoció (porque no se conocía, ni siquiera conocia aquel bonito lunar que tenía en el dedo corazón) y se dió cuenta que no necesitaba a nadie más para vivir. La persona a la que ella llevaba tanto tiempo esperando era ella misma.
Ese final tan genialísimo.
ResponderEliminarTú, tan genialísima como siempre, da igual el campo en el que te muevas, ya sea foto o texto. Quien vale, vale y quien no, a empresariales.
T'estimo :)