Tengo miedo a acercarme a ti, a volver a caer, a que me vuelvas a romper. La distancia me hace estar más segura. Pero no puedo evitar recordarte y echarte menos.
Supongo que acabaremos volviendo al experimento de trampas y ratones. Te acercas poco a poco. Te sientes (casi) segura de haberlo alcanzado. Y aquí es cuando viene el 'ZAS'. Odio ser ratón.

(Y no te odio, no te equivoques)