El ser humano intenta ordenar el mundo a su parecer. Buscando esta perfecta armonía (que a su vez ésta no puede ser universal al ser algo subjetivo). Pero en realidad no hace más que caos del caos.

Nada.

Volver hacia atrás, descrecer. De un golpe. Otro asalto. Retroceder cinco escalones del tirón. Sentirte otra vez ahí abajo. La caída duele, pero más duele pensar en lo que te ha costado subir. Que te empujen. Que de un golpe lo destruyan todo lo que tú has construido con miedo. Y sólo tú lo sabes. Desde aquí se ven las escaleras enormes. No te imaginas cuánto. Igual ya no merece la pena subir. Igual lo mejor es quedarse abajo. O seguir bajando. Allí dónde no hay nada. Hasta que no quede nada. Nada.

Tengo el pelo tan enredado como las ideas.

Muerte como opción válida.

¿Tiene sentido alguno la existencia? Siento no poder responder a esto. A veces me gustaría pensar que sí. Envidio esa fé del cristiano, un apoyo existencial, ese algo por lo que actuar y vivir.

Los hay quienes piensan que estamos aquí para servir a algún Dios, para alguna función en el Universo...  y también, al otro lado, situaremos a los que no encuentran un sentido. No hay ninguna verdad absoluta en cuanto al sentido de la vida en sí.

Los que decidan posicionarse en el lado de negarlo, el lado escéptico del sentido de la vida 'colectiva', asimilarlo es el primer paso. El primer paso para que, si decides vivir, buscar tu propio sentido, es decir ,buscar algo que te mueva, buscar razones para seguir adelante.

Pero, ¿qué pasa cuándo no lo encuentras o no son razones lo suficientemente fuertes como para decidir vivir, o mejor dicho, no acabar con tu vida?
El suicidio no es ningún acto de cobardía, no hay que sentir lástima por el protagonista de este. Tú no has elegido venir al mundo. Eres tuyo y tienes derecho a no vivir. La vida no tiene porqué ser algo bueno (ni malo). Sólo es. Igual que la muerte.

Desde otro punto de vista menos pesimista: un sujeto que se encuentra en un estado de vida feliz, ha conseguido uno de sus objetos. Decide suicidarse. Èl decide que ha vivido lo que quería y no tiene sentido vivir más. Sentirse tan feliz que ya no valga la pena vivir más.
La sociedad actual marca la vida como una obligación, y sólo debería ser una opción.

Quiero decir que la vida podría tener (o no) un sentido, y el ser humano y cualquier otro ser debe ser libre para decidir si quiere buscarle esa razón o no vivir. Aceptando las dos opciones como opciones válidas y respetables.

Terrorismo emocional